martes, 2 de junio de 2009

11- ARCH ENEMY "Wages of Sin"


Se va terminando la primera década del nuevo siglo y empiezan a emerger en mi cráneo algunas preguntas de índole musical, las cuales en un acto tan audaz como zonzo me llevan a la madre de todas las cuestiones: ¿Cuál ha sido la banda de la década? Que difícil contestar semejante duda, y más en un lapso donde se han editado álbumes increíblemente destacados.
En cuanto a la originalidad la cosa toma un rumbo omnidireccional, basado principalmente en la innumerable cantidad de estilos que se fusionan, re fusionan y vuelven a recontrarefusionar, ¿Hasta cuándo esto, sin recortar los valores objetivos y subjetivos de nuestra música? Pregunta aún más amplia y más tonta que la anterior. Sin embargo de esa fusión (y reinvención?) emerge una de las bandas más importantes de la presente década.
Sucesivos contactos entre Michael Amott y Johan Liiva durante 1996, dieron forma a esta agrupación de origen sueco que ha visitado nuestras tierras en dos oportunidades... con ustedes: Arch Enemy.
En su primer trabajo, titulado “Black Earth”, la banda había recibido una aceptación unánime por parte de la prensa especializada; esto volvió a reafirmase en el año 1998 con la edición de su segundo álbum de estudio: “Stigmata”. Con esto se había logrado un regular grado de popularidad, el cual se mantuvo con la llegada de su tercer trabajo “Burning Bridges”.
En ese momento la salida de Liiva era un hecho, al igual que la búsqueda de un nuevo cantante.
Las sesiones habían comenzado, y Christopher Amott había conservado durante un año un demo facilitado por la alemana Angela Gossow, que por aquel entonces se dedicaba al periodismo. Una vez escuchada la cinta, la banda realizó un ensayo e inmediatamente la germana pasó a comandar las voces.
A sólo un año del episodio, sale a la venta “Wages of Sin” y con ello la explosión comercial, mediática y compositiva de Arch Enemy.
La placa demuestra en todo su recorrido un nivel parejo, sin fisuras, y muy ganchero. Forzando un poco la elección, podemos nombrar como puntos máximos a “Enemy Within”, “Ravenous”, “Dead Bury Their Dead”, “Lament Of A Mortal Soul”, y uno de los clásicos del nuevo milenio: “Burning Angel”.
La voz de Angela desata furia, la cual se contrapone con la imagen cándida que despierta su belleza femenina. Este golpe de efecto, nada carente de respaldo, ha reposado en el pilar más importante: La Música. Teniendo como principal alma compositiva a Michael Amott, genial guitarrista / compositor / letrista sueco, el cual entre sus labores más importantes encontramos la participación en bandas como Carcass, Spiritual Beggars y Candlemass (en esta última actuando como secionista); dejando en claro desde siempre hacia donde apunta su música: riffs para corear, identificar, y llevar adelante nuestros gritos de resistencia. Algo tan sencillo en la teoría y tan difícil en la práctica.
El dueto de guitarras Amott / Amott realizan persistentes duelos, destacándose por su excelente nivel, siendo a esta altura una marca registrada. Notoria es la química y complementariedad que desprenden en cada pieza, por ello podemos y debemos decir que es una de las mejores duplas del universo Heavy Metal y sus innumerables derivaciones.
El otro gran pilar es Daniel Erlandsson, un auténtico As detrás de los parches. Entre sus cualidades encontramos creatividad, velocidad, técnica y prolijidad... qué más podemos pedir de un baterista?
La placa consta de doce temas, grabados en los Studios Friedman en diciembre del 2000, y mezclado en enero del 2001 por Andy Sneap. Fué lanzada en abril de ese mismo año a través del sello Century Media, siendo la producción trabajo de Fredrik Nordstrom y Michael Amott. Los nombres hablan por sí solos del nivel de profesionalidad puesto al servicio de la placa, evidenciando en las sucesivas escuchas el grado de perfección logrado.
Entre los créditos y colaboraciones encontramos a Per Wiberg, actual tecladista de Opeth, un especialista en incorporar melodías en sonidos extremos.
Llegado este punto debemos manifestar que a este disco lo hemos seleccionado por representar -a nuestro criterio-, el punto de quiebre necesario en Arch Enemy, para llegar a ser lo que es en la actualidad: una agrupación respetada por su música y también por la capacidad superlativa de parte de de sus integrantes, a nivel mundial... Siendo que sus trabajos sucesores mantienen un nivel similar, lo cual habla de su agraciada discografía.
Pero bueno... vuelve a mi cabeza la primera pregunta… y si… Arch Enemy estaría entre mis tres candidatos.

Comentó José María Aicardo, para OXIDO.